Forman parte del complejo museístico de las Gallerie degli Uffizi: los Uffizi, el Palazzo Pitti, el Giardino di Boboli y el Corridoio Vasariano.

The Uffizi, construidos entre 1560 y 1580 según un diseño de Giorgio Vasari, se encuentran entre los museos más importantes del mundo gracias a sus extraordinarias colecciones de esculturas antiguas y pinturas que abarcan desde la Edad Media hasta la era moderna. Sus colecciones de pinturas del siglo XIV y del Renacimiento incluyen algunas de las mayores obras maestras de la historia del arte. Basta pensar en nombres como Giotto, Simone Martini, Piero della Francesca, Beato Angelico, Filippo Lippi, Botticelli, Andrea Mantegna, Correggio, Leonardo, Rafael, Miguel Ángel, Caravaggio, Durero, Rembrandt y Rubens.
Los Uffizi también cuentan con una valiosa colección de estatuas y bustos antiguos provenientes de la familia Médici, que adornan los pasillos y consisten en copias romanas de antiguas esculturas griegas hoy perdidas.
Los Uffizi se encuentran en el último piso del gran edificio concebido originalmente como sede de las principales oficinas administrativas del Estado toscano. Fue encargado por el gran duque Francisco I y enriquecido gracias a las contribuciones de numerosos miembros de la familia Médici, apasionados coleccionistas de pinturas, esculturas y obras de arte. El museo fue posteriormente reorganizado y ampliado bajo la dinastía de Lorena, sucesora de los Médici, y más tarde por el Estado italiano.

El complejo vasariano también alberga otras colecciones importantes: la Colección Contini Bonacossi y el Departamento de Dibujos y Grabados de los Uffizi.

Adquirido en 1550 por Cosimo I de’ Medici y su esposa Eleonora di Toledo para transformarlo en la nueva residencia granducal, el Palazzo Pitti se convirtió pronto en el símbolo del poder consolidado de los Médici sobre la Toscana. Residencia de otras dos dinastías —la de los Habsburgo-Lorena (sucesores de los Médici desde 1737) y la Casa de Saboya, que lo habitaron como reyes de Italia a partir de 1865—, el Palazzo Pitti conserva aún el nombre de su primer propietario, el banquero florentino Luca Pitti, quien a mediados del siglo XV quiso hacerlo construir —quizá según un diseño de Brunelleschi— al otro lado del Arno, a los pies de la colina de Boboli. Actualmente alberga cinco museos diferentes: el Tesoro de los Grandes Duques y el Museo de los Iconos Rusos, con la Capilla Palatina, en la planta baja; la Galería Palatina y los Apartamentos Imperiales y Reales en la planta noble; y la Galería de Arte Moderno y el Museo de la Moda y del Traje en la segunda planta.

Detrás del Palazzo Pitti se extiende el maravilloso Giardino Boboli. Los Médici fueron los primeros en ocuparse de su ordenación, creando el modelo de jardín italiano que se convirtió en ejemplo para muchas cortes europeas. La amplia superficie verde, organizada de manera regular, constituye un auténtico museo al aire libre, poblado de estatuas antiguas y renacentistas, adornado con grutas —entre ellas la célebre realizada por Bernardo Buontalenti— y grandes fuentes, como las de Neptuno y del Océano. Las posteriores dinastías de los Lorena y de Saboya enriquecieron aún más su trazado, ampliando sus límites a lo largo de las antiguas murallas de la ciudad hasta la Puerta Romana. De gran atractivo visual es la zona de terrazas donde se encuentra el pabellón dieciochesco del Kaffeehaus, raro ejemplo de arquitectura rococó en Toscana, así como la Limonaia, construida por Zanobi del Rosso entre 1777 y 1778. La visita a Boboli completa la del Palazzo Pitti, del que forma parte integrante, y permite captar plenamente el espíritu de la vida cortesana, además de disfrutar de la experiencia de un jardín que se renueva constantemente respetando su tradición.

El Corridoio Vasariano, un pasadizo elevado construido por Vasari en 1565, conecta el edificio de los Uffizi con el Palazzo Vecchio y el Palazzo Pitti. Contiene importantes colecciones de pinturas del siglo XVII, así como una notable serie de autorretratos.